17 de Julio (La lluvia)
Hoy llueve, bendita tristeza,
Esta luz y tan cercano sonido me recuerdan a mi Asturias. No es que siempre llueva ahí, pero esos días como hoy me hacen sentir más hogareño. Ya tengo una excusa para no salir a la búsqueda de museos o lugares desconocidos. Hoy es un buen día para estar conmigo mismo y dejarme sorprender con el dibujo casero, entre truenos y el arrullar de la fina y suave lluvia.
Huele a espinacas con queso, por lo menos eso es lo que voy a comer hoy.
Recordando Asturias me viene a la memoria un dicho: SIEMPRE QUE LLUEVE… ESCAMPA. Pues eso, son las 12,00 y ha salido el sol. Me agarro la bici (tengo que pensar un nombre para ella) y me largo a por una sandalia que me están reparando, descosida, tras los primeros días de no parar de andar. Y a donde voy? Al Tiergarten, el gran parque de Berlín. Quiero reencontrarme con un lugar que descubrí el año pasado y que era un lujo a todos los niveles.
Es el pulmón de la ciudad, lleno de gente paseando, corriendo, en bici, haciendo barbacoas, pero sobre todo tomando el sol sobre esas enormes y verdes pradera. Está surcada por muchos pequeños lagos y ríos artificiales. Uno de esos lagos con embarcadero es el que estoy buscando. Junto a él cohabitan dos chiringuitos: uno tipo merendero con grandes mesas, para compartir una comida de tipo Italiano-alemana y el otro más sofisticado, pero ambos a buen precio. Todo esto colinda con un edificio neoclásico ¿adivinas qué es?, pues la Embajada Española. Buen sitio han tomado.
Tras un ciclo-paseo, lo he encontrado. Como ha llovido está casi vacío y es una maravilla. Me siento en el sofisticado –el otro está cerrado- y me pido una botella de agua con gas, dibujo a una bella y triste mujer que está en tratamiento pues carece de todo pelo y cubre la cabeza con un pañuelo verde esperanza.
Está enormemente embarazada.
Lo dicho una belleza.
Niña, Paloma Fernández
Hace 6 años