jueves, 22 de julio de 2010

PAZ


21 de Julio



Menuda dormida, me he levantado a las 11,30. Me hacía falta. He pasado la aspiradora y sacado a la luz mi vena, pequeña, de amo de casa. Desayuno y paseo por Internet. A la salida del café donde me conecto descubro un sitio peligrosísimo para mí: una tienda con todo tipo de pinturas, pinceles, papeles, corcho, madera, poliespám, plásticos, un mundo enorme de posibilidades de formas y color, en una abigarrada tienda de barrio. La locura.
Mañana pacífica.
Comida y siesta.
Me levanto de la siesta y aún en el duermevela, visualizo unas esculturas para hacer. Casi corriendo, me voy a la tienda que he visto por la mañana a comprar material para elaborar unas primeras maquetas de la idea.
Al final un día tranquilo, ha salido algún dibujo en Le Café (el bar donde ví el golazo de la final), es un sitio con terraza siempre en corriente, o sea fresquito, y al jefe le caigo bien: me saluda y despide en español. Toda la clientela es muy relajada, me gusta ese sitio, son como mi familia en la anterior encarnación, hay algo en común.

La luna está en cuarto creciente,