Hoy he quedado con Maite (mi amiga que es guía turística) y me va a meter en el grupo que ella lleva, para ir a Potsdam una preciosa ciudad pegada a Berlín.
Quedamos en la estación del Zoo y ya en el Bus nos metemos en la calle Kufüsten damm, a la que popularmente se la conoce como Kudamm. Es una calle llena de tiendas y están las mejores marcas del mundo.
Ya saliendo de la ciudad nos adentramos en una zona de mansiones de la alta burguesía que tienen sus viviendas pegadas a un gran lago. Casa de quitarte el hipo. Al final de esa zona aparece un inmenso bosque muy tupido.
Continuamos el recorrido entre bosques y palacetes hasta llegar al lago Vannsee
un inmenso espacio acuático en el que nos embarcamos por más de dos horas hasta llegar a nuestro primer destino el Schoss Cecillienhof.
Este hermoso palacete de 1914 que se hizo famoso en 1945 al ser el lugar en el que se decidió el destino de Alemania tras la II Guerra Mundial. En la llamada conferencia de Potsdam Churchill, Roosevelt y Stalin, se repartieron Alemania.
Actualmente es un hotel en el que pasar la noche en la habitación de Cecilia (la mejor del hotel) cuesta unos 3000 euros la noche.
Desde aquí nos fuimos al Schloss Sanssouci, el palacio que Federico el Grande se hizo construir para huir de la cuidad que nunca le gustó.
Al regreso hacia Berlín, recorrimos algunas de las calles de Potsdam y son realmente bellas. Tanto que he quedado con los italianos en irnos un día con las bicis a recorrerlas pues en Bus no se aprecian apenas. Por ejemplo pasamos por el llamado barrio holandés lleno de terracitas en casas de dulce. Esas casas fueron construidas en su día para albergar a los ingenieros que construyeron los primeros canales de Berlín.
Por cierto nos ha hecho un día de maravilla.
