lunes, 19 de julio de 2010

DOMINGO EN EL RASTRO BERLINÉS (Mauerpark)

18 de Julio



Hoy he quedado con Koldo un amigo de mi colega Miguel, de Madrid. Me va a llevar a un Rastro que se celebra todos los domingos. Aquí durante la semana hay diferentes rastros, en los distintos barrios de la ciudad. El que voy a ver me va a dejar encantado.

Quedo con él en Friedrichstr. esquina con Leipziger. Iremos en bici y me dice que es un ratito. Eso es lo de menos lo peor es la cuesta que hay antes de llegar. Tengo que aclarar que la bici y yo no somos uña y carne. De deportista tengo poco y que lo que recorro en Berlín es siempre en llano y de paseo, siempre de paseo.

Berlín es principalmente llano pero el día de la final del Mundial y hoy, he descubierto las dos únicas cuestas que existen. Por ahora, claro.

El Rastro en sí está ubicado a los pies del campo de un fútbol cerca del metro de Nordbahnhof, en el parque Berliner Mahuer (Mahuerpark). Es una gran explanada donde se instalan montones de puestos con cosas de todo tipo. Es un buen sitio para comprar una bici de segunda mano, eso sí, pidiendo papeles que hay mucho Bangui. Hay cosas antigüas y viejas a montones. Esto sí que es un Rastro.

18 DE Julio

En un lateral de la explanada hay un anfiteatro de piedra con su escenario del mismo material. Ahí actúan, por la mañana, grupos de cualquier estilo, que se traen sus equipos y a tocar. Los dos que ví tenían calidad. Pero a eso de las 3 aparece un tío que en una bici especial lleva dos altavoces potentes y todo lo necesario para montar un caraoke, y es ahí cuando la gente se desmadra, se ríe y disfruta a base de bien. Los hay de todo tipo pero sobretodo la falta de vergüenza es primordial.

Por esa explanada se reparten grupos haciendo barbacoas, hay malabares, diferentes músicos en pequeños grupitos todo en un ambiente de fiesta y de buen rollo. Al fondo los niños tienen su parque realizado con troncos de madera, muy bonito.

Koldo se va atrabajar, lo hace en una pizzería, y me quedo a contemplar este domingo de total desinhibición. Al marcharme me encuentro con un grupo de músicos que dan energía a su equipo sonoro a base de pedalear en cuatro bicicletas, continuamente. La verdad es que hay un tío tocando el chelo y cantando que es buenísimo.

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