Comienza el día nublado, es lo que hay. Desayuno, ducha y al Mahuerpark.
Montones de gentes por todas partes y lugares. Tambien, como no podía ser menos, españolas...
Como habrás podido comprobar el Mahuer para mí es un vicio. Está lleno de gente que con solo pararte a verlos ya es un disfrute. Hay música por todas partes y una vez más me paro a ver-oír a Rob el australiano que canta blues.
Con su guitarra destrozada de miles de Km. forja un bello hermanamiento con su voz rasgada. Me paso casi una hora escuchándole.
Sale el sol en todo su esplendor.
Me entra hambre y me voy a comer mi primera salchicha alemana desde que estoy aquí. Es casi a la entrada del Mahuer y ahí me pillo otro pequeño concierto de una chica con su guitarra y voz atronadora a la que le sobra el micrófono.
Regreso a donde el Karaoke, pero esta vez me quedo fuera para ver a la gente enfervorizada escuchando a los amateurs, y aparecen alguno de los personajes típicos de este lugar.
Si quieres ver más sobre el parque mira en YouTube y en la entrada de Mahuerpark hay montones de videos.
Me dan las tantas de la tarde y ya cansado me voy a casa a comerme un antojo que tengo desde hace unos días: unos huevos fritos con arroz blanco. Mientras me los ceno llueve, de nuevo, sin parar.
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